viernes, 12 de octubre de 2012

UN DÍA CUALQUIERA



Hoy es uno de esos días en los que siento que no puedo con nada. Me duele el cuerpo y la energía me ha abandonado. Abro los ojos por la mañana y lo único que pienso es: “puffff””. Podría quedarme durmiendo más, pero la voz de la conciencia me dice que me levante.
Tengo el día entero para ir a entrenar, pero no tengo ganas. Realmente pienso que no podré y sólo de pensarlo me canso.
Pasa la mañana y todavía no he hecho amago de hacer algo. Sigo en pijama y lo único que me apetece es estar sentada en el sillón. Desayuno, como, … qué pereza. Y yo sigo en pijama.


Es uno de esos días que todo  te molesta. Que no quieres que te de ni un rayo de sol. Y lo único que consigo es aumentar el mal humor a medida que pasan las horas. Me dejo estar.

Pero sé que debo de hacer algo. A pesar de los dolores y del cansancio me pongo en pie. No con mucho ímpetu pero busco mis mayas de la bici. Camiseta, coleta, zapatillas... ufff. No creo que pueda hacer mucho pero por lo menos ya estoy vestida. Voy a salir a despejarme. Mejor algo que nada.

Salgo por la puerta y cojo mi bici. Para quitar hierro me digo; " no te preocupes, haz sólo lo que puedas. Hoy no es tu día".
Comienzo a pedalear y empiezo a sentirme bien. Me cuesta pillar el ritmo pero por lo menos ya respiro aire fresco. Los pensamientos empiezan a tomar otro color. Ya no quiero hacer menos de lo que me corresponde. Tengo que subir a Artíes y bajar.

Subo hasta llegar. Pero una vez allí, para sorpresa mía me digo: PUEDO MÁS. Llego a la entrada de Salardú y siento que puedo aún más. Y al fin, llego más allá de donde pensé que no conseguiría en semanas. Me siento feliz. Tanto que me doy media vuelta y me voy directa al gimnasio.

 
Este era un día cualquiera, un día en que ni la fuerza ni los buenos pensamientos me acompañaban. Un día de los muchos que me han atrapado durante años y que no quiero que se vuelvan a repetir. Porque me demuestro continuamente que puedo mucho más de lo que pienso.

Creer en uno mismo, hacer caso omiso a quienes creen que lo que haces es poco o absurdo, superar el pesimismo, no preguntar a todo ¿para qué?, y afrontar que lo bueno también requiere esfuerzo y voluntad. Esa es mi conclusión.

 en contra del dicho popular "Querer es poder", para mí:

QUERER NO ES SIEMPRE PODER pero sin duda,  muchas veces MÁS HACE EL QUE QUIERE QUE EL QUE PUEDE


5 comentarios :

nudels dijo...

Interesantes reflexiones pero haber cuando nos deleitas con la conquista de alguna montaña que las tienes muy cerquitas.
1saludo,

Esther dijo...

jajaja, si, tienes toda la razón :-)

Daniel Alcalá Almela dijo...

Ay, la voz de la conciencia, cuantas veces me ha levantado de cama cuando no me apetecía hacer nada de nada o incluso en mañanas de domingo después de un largo sábado por la noche jejeje, pero luego tienes razón te pones en marcha y toda pereza, mal humor, etc se olvida enseguida.

Coincido con Nudels, queremos ver esas montañas de la Vall d'Aran jejeje.

Un saludo.

Esther dijo...

Si es que vosotros sois montañeros natos,jeje. Haré lo que pueda por subir alguna montaña antes de que lleguen las nevadas. Por ahora no encuentro el momento. A ver si convenzo a alquien para que se apunte. Que yo todavía soy nueva en el Valle del Aran y tengo que ir investigando:-D

Un saludo!!

Anónimo dijo...

Sigue así!!!

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