lunes, 30 de diciembre de 2013

ESQUIAR CON UN ESQUÍ


Esta temporada está siendo una locura. No puedo dejar de subir a pistas y paso los días allí arriba. Estoy consiguiendo establecer toda la técnica que aprendí el año pasado y cada vez quiero más. Además no puedo obviar la mejora que he sentido al cursar la asignatura de Técnica en la formación de esquí alpino (TD1), la cual duró dos semanas. Con ella se comienza de nuevo a esquiar desde 0 hasta el paralelo perfeccionado.  Ha sido como  desmontarme y volverme a montar.  A pesar de que a casi nadie le gusta volver a hacer cuña, yo siento que ha sido lo mejor que me ha podido pasar. El afianzamiento de la técnica de base ha sido considerable y lo noto también a un nivel más avanzado. Por ello quiero aprovechar para agradecer a mi formador Blas de Diego el buen trabajo que ha hecho. También mando un saludo a mis compañeros con quienes ha habido un apoyo mutuo.

Pero hay que seguir practicando, entrenando, mejorando. Y eso requiere seguir con mi rutina de ejercicios. Entre ellos el que más me sigue ayudando es el de esquiar con un solo esquí. Ya hablé de ello en su momento pero fue muy por encima. Ha llegado el momento de profundizar.
Hay que recordar que el  año pasado ya sólo en mi 6º día y haciendo  casi sólo giros en cuña, tuve mi primera introducción a los ejercicios con un solo esquí. En efecto,  esto tuvo sus resultados.


¿Cualés son los beneficios?

Álvaro incidía sobre todo en un motivo muy sencillo que básicamente se resumía en:  “si eres capaz de controlar un solo esquí, imagina cómo lo harás con los dos”. Pero hay dos elementos que destacaba: la mejora de la centralidad y de la posición.

Cuando hablo de centralidad, me refiero  a  la adopción de una posición del cuerpo  con la cual se consigue un punto de equilibrio perfecto que nos mantiene estables sobre los esquís, o en este caso sobre un esquí.
Y es cierto. Me atrevería a decir que quien no consigue una posición correcta, no es capaz de esquiar con un solo esquí. Lo normal es caer al suelo en el primer intento de giro. Sobre todo porque el miedo a caer hace que esa posición de la que partes se pierda rápidamente.
A mí me resultó muy difícil, pero lo acabé encontrando. La sensación al principio era la de ir como encogida (flexionada), pero estas sensaciones fueron haciéndose mayores y más específicas. Tanto, que  hubo un punto en el que comencé a sentir  los cambios de presión en las diferentes partes de los pies así cómo los pequeños movimientos que hacía con ellos.
Este hecho, hizo que mis pies se hicieran sensibles a pequeñas regulaciones  de las que no somos plenamente conscientes. Algo muy curioso teniendo en cuenta que todavía no sabía esquiar. A día de hoy, esas pequeñas regulaciones me son plenamente de ayuda.

- ¿Cuántas veces habéis sentido que esquiáis bien de un lado y de otro no?

- ¿Cuántas veces habéis sentido que vuestra posición no os resulta todo lo cómoda o segura que quisierais?


Intentar esquiar con un esquí es una propuesta de solución a estos problemas. Suele haber una pierna dominante que además seguimos perfeccionando porque la utilizamos para solventar lo que no hacemos bien con la otra. Trabajar la pierna “débil” igualará esos pequeños déficits.
Además, tenemos que tener en cuenta sobre todo en personas como yo que no comenzamos a esquiar desde niños, que empezar a esquiar es como comenzar a caminar. Por ello, los ejercicios con independencia de piernas nos ayudan a interiorizar y descubrir  sus posibilidades de movimiento por separado así como reconocer la simetría existente entre ambas. En definitiva, amplía el conocimiento de nuestro cuerpo en la práctica del esquí.


¿Cómo hacerlo?

Según mi experiencia creo que es idóneo poder hacer este ejercicio quitándose un esquí. Si bien es cierto que se puede hacer con los dos esquís puestos y levantando uno, lo más probable es que tendamos a volver  a tocar el suelo con los dos en el momento que nos desequilibremos. Esto hace que nuestra concentración no sea tan alta y trabajemos menos nuestro objetivo.

Posición con un esquí: en realidad no es más que adoptar la posición de base, con la dificultad de que si en algún momento la perdemos, el esquí probablemente no derrapara al girar.
La pierna sin esquí, se queda levantada junto a la otra intentando no separarla. (Tendemos a hacerlo para mantener el equilibrio).

1. Debemos sentir una buena flexión de tobillo, rodilla y cadera. Esta posición hace sentir muy bien como nuestras espinillas presionan contra la bota. Una vez concentrados en esta posición nos dejamos deslizar. Toda la planta del pie está apoyada.


2. Al inicio del giro sentimos cómo las piernas se extienden muy ligeramente. Simultáneamente se siente como las puntas de los dedos de los pies presionan la punta de la bota como si se fueran a poner de puntillas. Es un instante.


3. A partir de ese momento se baja progresivamente todo el lateral del pie hasta el talón y volvemos a sentir la flexión de tobillos, rodilla y cadera. Sentimos como la pierna requiere de fuerza y cómo se debe mantener para no perder la posición al derrapar y hacer la curva. Además, al hacer esta presión puede incluso sentirse como si la punta de los pies se levantaran sobre todo en el dedo gordo.



Aquí he intentado plasmar las presiones del pie encadenando dos giros:




¿Cómo empezar?

No es un ejercicio fácil, pero no es imposible. Sólo se necesita un poco de paciencia y concentración. Lo primero que deberíamos hacer es escoger una zona con muy poca inclinación y empezar a practicar giros con el esquí del exterior. Esto quiere decir que al girar el esquí se sitúa en el exterior de la curva. Una vez que se consiga se puede empezar a intentar realizar con el esquí del interior que es el que más se suele complicar.

He aquí dos fotos de mi octavo y noveno día de esquí:







Posteriormente, en una pista de debutantes podremos intentar encadenar giros a un lado y otro  para poco a poco ir aumentando también la dificultad de la pista con una inclinación mayor.

Nada más terminar ponte los dos esquís: ¡verás que buena sensación! :-)

Este vídeo es de hace dos semanas. Mejorando poquito a poco.



                   Para ver bien el vídeo pincha aquí: One foot


* Este artículo está basado en mi experiencia personal. No todos tenemos porqué tener las mismas sensaciones ya que además, dependiendo del punto de nivel en el que nos encontremos, serán también diferentes. Mi objetivo principal es ampliar el nivel de atención ante lo que sentimos al esquiar y crear un punto de comparación o de partida.

5 comentarios :

Anónimo dijo...

Fantástica explicación Esther!! La próxima vez que vaya a pistas no dudes que pondré en práctica estos ejercicios. Muy didáctico el post. Sigue así . Un abrazo de tu amiga travesera. Yolanda.

Pierre et Vacances dijo...

Nunca hubiera imaginado que una buena forma de mejorar la técnica de esquí fuese practicando primero con un solo esquí!

Enhorabuena por el blog, aunque el artículo esté basado en tu experiencia profesional, se nota que eres una profesional y de eso me fío.

Feliz 2014!!

Andybel dijo...

.-Oye, una maravilla toda la explicación con aplicación práctica. Se ve resumidamente que aumenta muchísimo la propiocepción de tus pies practicando con un solo esquí. ¡Chapeau por tu post!

Ricardo dijo...

Hola, lo he practicado muchas veces, pero siempre con los dos esquís puestos, la próxima probaré a quitarme uno, creo que tienes toda la razón, debe ser mucho más efectivo. Supongo que con el izquierdo solo es posible que me caiga, pero será despacito...
Saludos
Ricardo

Esther dijo...

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios :-)
Aprovecho para desearos un ¡¡Feliz año nuevo!!

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